Las ciudades medievales deben su origen a la expansión agrícola iniciada en España en el siglo XI, que generó prosperidad, favoreció el intercambio comercial entre campesinos y facilitó la compra de artículos a artesanos y mercaderes. Esta actividad comenzó a realizarse en los castillos, pero pronto derivó a espacios más amplios llamados 'burgos'. Con el tiempo, en estos barrios se asentó la población y nacieron las primeras ciudades. Hoy España goza de una geografía salpicada de villas donde el paso de las culturas ha ido moldeando sus murallas. Algunas disfrutan de tal grado de conservación que pujan por convertirse en Patrimonio de la Humanidad.
La agencia de viajes online RUMBO (www.rumbo.es) ha preparado una ruta de Grandes Villas Medievales españolas, con hoteles desde 60 euros/noche (habitación doble). Este itinerario recorre 1.500 kilómetros desde el País Vasco a Extremadura y Portugal, con paradas imprescindibles en Aragón, La Rioja y Castilla-León y es probablemente uno de los viajes culturales de mayor encanto.
La ruta comienza en Hondarribia (Guipúzcoa), una villa de sabor marinero y gastronomía ejemplar, reconocida a nivel internacional, y continúa en Laguardia (Álava), donde merece la pena recorrer a pie el casco antiguo y probar alguno de sus vinos con denominación de origen Rioja. A 60 kilómetros, parada obligada en Estella (Navarra), donde es habitual encontrarse con peregrinos que hacen el Camino de Santiago, primer itinerario cultural europeo.
Cien kilómetros más allá, próximo a los Pirineos, está el conjunto histórico-monumental de Sos del Rey Católico (Zaragoza). Adentrándonos en tierras castellanas nos encontramos con Almazán (Soria), donde el Duero baña los campos de labranza, y Pedraza (Segovia) con sus viejas casonas y restaurantes típicos que cada semana dan paisaje, cobijo y buen jantar a todo el que quiera acercarse. La ruta sigue en Sigüenza (Guadalajara), donde es posible conocer de primera mano cómo era el día a día de los caballeros medievales. Por aquí pasó hace casi mil año el legendario Cid Campeador. En Consuegra (Toledo) abundan los molinos de viento con los que se batió en duelo el popular Don Quijote, de Miguel de Cervantes. El itinerario finaliza en Extremadura y Portugal (Vila Viçosa, cuna de la independencia lusa). En definitiva, se nos presenta una aventura llena de historia, cultura, tradiciones y espacios naturales que no conviene perderse.
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