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17 de noviembre de 2010

El flamenco, la dieta mediterránea y los "castells", Patrimonio de la Humanidad

La UNESCO reconoció ayer al flamenco, a la dieta mediterránea, a los "castells" catalanes, al canto de la Sibila mallorquín y a la cetrería como Patrimonio Inmaterial, que han quedado incluidos en su lista representativa.
 
En una reunión de su Comité Intergubernamental, en Nairobi, la Unesco ha ampliado la lista de patrimonio inmaterial, en la que ahora quedan incluidos estos cinco elementos españoles.
 
De ellos, la dieta mediterránea era una candidatura conjunta con Italia, Grecia y Marruecos, y la cetrería, junto a Emiratos Árabes Unidos, Bélgica, República Checa, Francia, República de Corea, Mongolia, Qatar, Arabia Saudí, Siria y también Marruecos.
 
De las cinco candidaturas españolas, el flamenco se presentaba por segunda vez tras un primer intento fallido en 2005.
Es una manifestación cultural que supone una seña de identidad en Andalucía y un icono de España en el mundo, un patrimonio oral transmitido de generación en generación y valorado por un pueblo que lo reconoce como parte de su identidad.
 
Dieta mediterránea
Más suerte ha tenido la dieta mediterránea, una candidatura trasnacional que ha entrado en la lista de la Unesco en el primer intento.
Una dieta que sigue vigente 9.000 años después de originarse y a la que los científicos le atribuyen cada vez más bondades.
Frutas, verduras, hortalizas, legumbres, aceite de oliva como grasa esencial, pescado y un consumo moderado de carnes y lácteos son los pilares de la alimentación mediterránea, y España, Grecia, Italia y el norte de Marruecos las zonas geográficas que tienen su "custodia compartida".
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han reconocido la Dieta Mediterránea como un modelo alimentario de calidad, saludable y sostenible.
 
Castells
Junto a estas dos candidaturas, el comité de la Unesco ha reconocido la importancia de los "castells", las torres humanas que se levantan en las plazas de Cataluña desde hace doscientos años y que han llegado hasta los diez pisos, aunque sólo en dos ocasiones.
 
También es desde hoy Patrimonio Inmaterial el canto medieval de la Sibila, originario de la isla de Mallorca, un drama litúrgico y canto gregoriano que se interpreta en las iglesias de Mallorca en los maitines de Navidad.
 
Y la cetrería, un arte milenario, un tipo de caza en el que se utilizan las aves rapaces, especialmente el halcón peregrino.
 
Fuente: Hosteltur

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