RUMBO - Ruta de castillos y mazmorras

España es un país excepcional para los amantes de los castillos, gracias a su abundancia y variedad artística, histórica y cronológica. Su arquitectura defensiva y práctica los aleja del gusto palaciego centroeuropeo, con ventanas, jardines, capillas y patios donde la nobleza hacía una exhibición de poder. Como en su mayoría fueron abandonados con el desarrollo de las armas, hoy perdura en España una buena colección de castillos –muchos de ellos milenarios –que conservan casi por completo su estructura original.
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El Castillo de Guzmán el Bueno, en Tarifa, construido por el gran califa cordobés Abderramán III en el año 960 es una fortificación califal de inspiración bizantina. Su ubicación junto al mar le proporcionaba una protección adicional y favorece sus defensas y hoy permite acceder a unas vistas impresionantes.
El Castillo de Almodóvar del Río (Córdoba), también de origen árabe, es unos de los mejores ejemplos de fortaleza medieval que hay en España. Reconstruido a partir de 1900 gracias al esfuerzo privado, fue escenario del nombramiento de caballeros por Pedro I "el Cruel". Pueden verse las mazmorras, vestimenta típica de la Baja Edad Media, el Vestidor del Rey y armas del medievo.
El Castillo de la Mota, en Medina del Campo (Valladolid), es quizá uno de los más populares de la geografía española. Asentado sobre los restos de una muralla del siglo XII, dice la leyenda que los Reyes Católicos mandaron construir la barrera defensiva, pasando de tener un castillo más a poseer uno de los mejores Parques de Artillería de Europa. Desde sus orígenes, este castillo se ha ido adaptando a las necesidades de cada época y ha servido de Prisión Real, Archivo, Escuela Superior de Mandos y Centro de Formación de la Junta de Castilla y León.
Castillo de Santa Catalina, Jaén. Construido en 1624 por orden del rey Felipe IV, su función primordial era defender Málaga de los ataques enemigos. A principios del siglo XX, el Conde de Mieres decidió construir su residencia junto al fortín: un palacio de estilo neo-árabe proyectado por arquitectos franceses que domina la bahía de Málaga. Hoy el Castillo de Santa Catalina ha sido convertido en Bien de Interés Cultural, con espléndidas vistas al mar y a pocos minutos del centro histórico y de la nueva estación del AVE.
El Castillo de Siguenza (Guadalajara) es una fortaleza medieval del siglo XIII-XIV con un gran patio interior que conserva el viejo pozo, profundo y tallado en la roca, así como portaladas con escudos del siglo XVI y una galería de madera y revoco completando sus muros. Convertido en Parador Nacional, merece la pena visitarlo. La entrada es libre, tanto al patio como a sus dependencias, y en verano se ofrecen exposiciones de pintura e incluso actos culturales.
Palacio Real de Olite (Olite, Navarra). El Castillo-Palacio de los Reyes de Navarra es uno de los castillos góticos más importantes de Europa. Construido a instancias de Carlos III "el Noble" a finales del siglo XIV, se trata de una construcción cortesana donde los aspectos residenciales prevalecieron sobre los defensivos. A principios del siglo XV Carlos III “el Noble” decidió convertir el palacio en sede real permanente y dotarla de todo el boato, para lo que utilizó los fondos obtenidos de la venta de sus posesiones en Normandía.
El Castillo de Bellver (Palma de Mallorca) fue residencia real de Jaime II. De estilo gótico del siglo XVI, este castillo está situado a unos tres kilómetros del centro histórico de Palma. Destaca por ser uno de los pocos castillos europeos de planta circular y porque fue fábrica de monedas en el siglo XIX. Está construido sobre un aljibe, en una zona boscosa desde donde se puede contemplar la ciudad, el puerto y la Sierra de Tramontana. Su nombre viene del catalán bell ver (bella vista).
Castillo de Perelada (Perelada, Girona), calificado como Bien de Interés Cultural. Aparece mencionado en documentos escritos ya en el siglo IX con el nombre de castillo Tolón. Ha sido objeto de reformas y ampliaciones diversas a lo largo de los siglos. En 1923 fue adquirido por Miquel Mateu i Pla, un erudito que hizo una amplia reforma y lo convirtió en sede de su colección de arte y libros eruditos. Hoy es sede de una bodega de vinos, alberga un casino y en sus jardines celebra el Festival Internacional de Música de Perelada en julio y agosto.

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